Pagani Utopía: ¿obra de arte o hiperauto?
La última creación del diseñador argentino Horacio Pagani, un deportivo hiperexclusivo: Pagani Utopía.
Nacimiento del Pagani Utopía
Para el proyecto C10, Horacio Pagani le consultó a sus clientes más cercanos, los que esperan ansiosos cada una de sus creaciones, que esperaban del nuevo auto, y los atributos se centraron en sencillez, ligereza y placer de conducción.
Utopía fue el nombre elegido para esta máquina centrada en una forma de conducción “clásica” definida con nuevas formas, como si se tratara algo ideal inalcanzable, pero finalmente hecho realidad.
Pagani Utopía, una obra maestra de diseño
Presenta una forma fluida y curvilínea con un parabrisas redondeado, los detalles en sus alas y capot de contornos suaves que la dan una nueva expresión.
El nuevo automóvil tiene muy pocos complementos aerodinámicos, pero es más eficiente logrando una mayor carga aerodinámica y arrastre reducido únicamente por medio de su diseño.
Con diseño de tecnología avanzada, su forma está inspirada en objetos de la década de 1950 como los faros aerodinámicos de los scooters Vespa y los accesorios de las lanchas Riva.
Las llantas forjadas tienen un extractor de fibra de carbono en forma de turbina que extrae el aire caliente de los frenos y reduce las turbulencias debajo de la carrocería, con discos de freno de carbono-cerámica, y pinzas de con diseño aligerado.
Monta neumáticos Pirelli con ruedas inusualmente grandes de 21 «en la parte delantera y las ruedas de 22″ en la parte trasera.
Los espejos laterales dan la sensación de quedar suspendidos en el aire mediante un soporte que lo separa del cuerpo y le provee mayor penetración aerodinámica.
Las luces traseras flotan a los lados de las aletas traseras, encastradas en los extractores de aire.
El escape cuádruple de titanio, es la firma personal de la marca que tiene un recubrimiento cerámico, para disipar el calor de manera eficiente.
Majestuoso interior del Pagani Utopía
El interior de Utopía es aún más original que su forma exterior, ya que está desprovisto de pantallas digitales, más allá del display al frente al conductor, todos los instrumentos son puramente analógicos y cada uno de los diales fáciles de leer.
Durante seis años, desde los primeros bocetos y cálculos informáticos hasta congelar la forma definitiva de los moldes de fibra de carbono, sus flujos de aire internos fueron perfeccionados a través de interminables horas de investigación en el túnel de viento e innumerables cambios, un toque a la vez.
Utopía aprovecha los misterios de la aerodinámica para maximizar el manejo seguro y la estabilidad en cualquier velocidad, por alta que sea. Su aerodinámica activa, combinada con los amortiguadores controlados electrónicamente, aseguran el comportamiento dinámico óptimo en todas las condiciones de conducción y la suspensión de doble horquilla está hecha de aleación de aluminio aeroespacial.
Motorización del Utopía
Está provisto del motor Pagani V12, un biturbo de 6 litros construido especialmente por Mercedes-AMG para Pagani, es el resultado de un enorme trabajo de desarrollo: entrega 864 CV y, sobre todo, unos prodigiosos 1100 Nm de par.
La trasmisión desarrollada especialmente por el fabricante de alto rendimiento en deporte motor Xtrac, es una caja de cambios manual de 7 velocidades con engranajes helicoidales y anillos sincronizadores fue montada transversalmente para lograr un centro de gravedad optimizado.
Se construirán 99 unidades de la primera serie de Utopía, que ya han sido asignados a privilegiados entusiastas dispuestos a desembolsar la suma de 2.17millones de euros.
Sabías que…
A sus 10 años, Horacio Pagani pasaba su tiempo en el taller de Tito Ispani, un modelista local que trabajaba en proyectos navales y aeronáuticos, tratando de aprender todos los secretos sobre las técnicas de acabado en madera balsa y en el misterio de la perfecta pintura Duco.
Casilda, Provincia de Santa Fé es la ciudad natal de Argentina donde nació Horacio Pagani y “la piecita” como él llamaba a su habitación era el lugar donde el joven creador desaparecía para trabajar con la frágil madera, dibujando y tallando esos pequeños modelos que un día se convertirían a la luz de sus ojos en los autos más hermosos del mundo.
